LA INTUICIÓN: CÓMO HACERLA CASO.

¿Sabes cuándo hacerle caso a tu intuición? Existe una región en el cerebro que se encarga de eso que llamamos corazonadas y es muy poderosa. ¿Sabes dónde está?

El ajetreo de la vida cotidiana puede dificultar la realización de cualquier tipo de guía espiritual. Cuando planificamos todo lo que vamos a hacer durante el día y nos ponemos en la senda de los marcado, es difícil escuchar a la intuición cuando nos habla.

Para Platón, la intuición era la función más alta de la inteligencia, una forma de obtener conocimiento que no se consigue con la observación ni la experiencia ni la indiferencia o la razón. Pero, ¿Qué es la intuición exactamente y cómo podemos saber cuando confiar en ella?

La Real Academia Española define el término intuición intuición como la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.

Y quizás, la mejor forma de comenzar a trabajar en nuestra intuición sea haciéndonos dos preguntas: ¿soy feliz?  ¿Me siento satisfecho? 

El primer estudio psicológico de la intuición se remonta al del psiquiatra suizo Carl Jung, quien propuso la dimensión de la intuición a la personalidad. Argumentó que las personas que cuentan con este recurso son más propensas a dejar que sus propios pensamientos dominen su experiencia, en vez de adoptar un enfoque de abajo hacia arriba de la vida, en el que los datos impulsan sus decisiones.

Así, dejan que sus propios pensamientos y sentimientos tomen el mando. 

Tal y como precisaron en un estudio, un equipo de expertos de la Universidad de Lowa, el llamado "eje de intuición" del cerebro es la corteza prefrontal. Son muchas las representaciones culturales que han expresado de manera certera donde se sitúa la intuición.

El estudio menciona que ser altamente inteligente es la clave del éxito. Sin embargo, en muchos momentos esta premisa no se cumple, pues las personas incluso con muy alto coeficiente intelectual o con algún daño en su eje intuitivo también suelen experimentar problemas o bloqueos en la toma de decisiones.

Descartar la intuición como un instrumento útil, en especial cuando la cantidad de información es tan grande que es imposible procesarla de manera y consciente, es renunciar a la mejor herramienta con la que contamos para estas situaciones. Sin ella, parece que nos volvemos más crédulos, siendo más vulnerables a la publicidad y mostrando una mayor dificultad para aprender de los errores.

"Nunca te disculpes por confiar en tu intuición: tu cerebro puede hacer trucos, tu corazón puede cegarse, pero tu instinto siempre tiene la razón".

Aprender a confiar en nuestra intuición, es una práctica, y toma compromiso y dedicación al igual que construir cualquier nuevo hábito. Pero el proceso es más fácil de lo que creemos, y es muy gratificante, pues la intuición es una especie de conjetura emocional o presentimiento, que podemos agudizar con la ayuda de algunas sencillas técnicas.

Para Allan Wallace, budista tibetano autor del libro "la ciencia de la mente". Cuando la ciencia y la espiritualidad se encuentran, podemos desarrollar nuestra intuición, apoyándonos en la meditación, una técnica primordial que nos ayuda a concentrarnos y a calmar la mente, a la par que eliminamos los contaminantes o pensamientos residuales que dificultan la facultad intuitiva original.

La meditación no es más que un entrenamiento para la mente que nos ofrece una mayor libertad emocional, y conectándonos con el entorno y abriéndonos a la propia experiencia. Una técnica que nos permite relajarnos, para entrar en un estado de mayor claridad mental y nos vuelve más resolutivos.

En otro estudio, unos neuro-psicólogos llegaron a la conclusión de que los meditadores participantes aumentaron de forma significativa su actividad cerebral  y la toma de decisiones.

Estos resultados mostraron cómo la meditación nos vincula directamente a nuestra sensación de conocimiento interno y magnificado para lograr una vida con mejores opciones financieras, relaciones de calidad, situación laboral, o incluso salud.

Así, si los meditadores a menudo encuentran el éxito en todo lo que hacen, nosotros también podemos.

"La intuición es una cosa muy poderosa, más poderosa que el intelecto, en mi opinión"