MIENTRAS ABRAZABA A MI DIOS
Mientras abrazaba a mi Dios,
socorriéndome en su obra, verbo hecho
cenizas y de las cenizas hizo el amor,
ese que llamamos creación. Le pedí que
despertase hoy haciendo el amor y te
encontré fusionada en palabras, para ir
desnudando con mi sudor de miradas,
el algodonal de tus poros.
Con soplo de aromas desabotonaba tu
vestir para descubrir tu delicia. Supe
que eras y a la vez no eras, pues eras yo
y a la vez ambos. En suave excitación
me dejé morir por renacer en tu
adentro, y eres musa, canción y poesía,
ese fuego que vuela en la calma de logro.
Tiempo, te has ido para ser cómplice, y
dejarnos jugar al amor. Y tú, en huella
eres viva, para hacerte el amor en cada
inhalación de mi camino. Llegaste, para
cubrirme de instantes, y me haces
dichoso, porque te reflejas en mis labios
y así me hago tuyo.
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