VIDA SENCILLA






Para alcanzar una forma de vida sencilla, alejada de la inquietud constante y el estrés, necesitamos plantearnos un cambio de actitud.

En tu día a día, deja de proceder de forma mecánica. Frena. Tómate tu tiempo.

Respira hondo. No corras.

Ni pierdas la serenidad. Aprende a afrontar los momentos de estrés (inevitables) con sosiego y con paciencia.

Concéntrate en tu vida. Vive a través de todos tus sentidos. Vive en el presente y en el ahora sin preocuparte constantemente del antes o del después.

Nuestra intuición, si sabemos escucharla, nos ayuda a mantenernos centrados y serenos. Nos muestra las señales, tanto físicas como emocionales, de que algo no marcha bien. También nos indica cuando estamos en desarmonía con nosotros mismos/as.

Reconecta con tu intuición, aprende a escuchar las señales de tu cuerpo y de tu inconsciente. Dedícate tiempo para contemplar tus necesidades y satisfacerlas.

También ayúdate de la intuición para librarte de la ira, del resentimiento, de esos apegos externos que te retienen, te afligen y te impiden vivir una vida sencilla en armonía contigo mismo.

El ritmo trepidante de nuestras vidas nos aleja de nuestros cuerpos, nos hace olvidar que tenemos cinco sentidos y que todos son importantes para reencontrar nuestro propio cuerpo.

Los pequeños acontecimientos cotidianos son los que conforman nuestra vida. Darle importancia a cada acto emprendido, a cada movimiento realizado, a cada palabra pronunciada, nos aportará ilusión y felicidad.

Esos instantes cotidianos, esas pequeñas cosas, no por ser cotidianas pierden su importancia. Al contrario, nos recargan día a día nuestro cuerpo con buenos actos. La vida nos la regala a diario.

Suelta lo que necesites soltar .

Crea tu espacio de silencio.

En una sociedad tan saturada de ruidos como la nuestra, no todo el mundo consigue estar y mantenerse en silencio; sin embargo sus beneficios son múltiples y muy valiosos.

El silencio nos ofrece calma, quietud, reposo, sosiego, conexión con nuestro interior.

Crea un rincón para la serenidad en tu hogar y utilízalo a diario. Y en esos momentos de silencio, libera tu mente de preocupaciones. Si piensas en algo, déjalo pasar, concéntrate en tu silencio, en la serenidad que te aporta, en el sosiego que te invade.

Escoge relaciones que te aporten en tu vida.

Reducir nuestras pertenencias materiales nos aporta libertad física y mental, pero además podemos aplicar el mismo criterio con nuestras relaciones, disminuyendo aquellas obligaciones sociales que nos saturan emocionalmente.

Si no quieres, no tienes porqué cumplir con todo el mundo. Simplifica tus contactos sociales. Visita a las personas que te hacen sentir bien, disfruta charlando con los que te nutren emocional e intelectualmente. 

En el amor y en el sexo busca una persona con la que mantener una relación de complicidad e igualdad. Acompaña a la naturaleza y sigue su ritmo.

Que mejor forma de recuperar una vida sencilla que volviendo nuestra vida hacia la naturaleza. Durante miles de años, el ser humano vivió inmerso en unos ritmos naturales que trasmiten sosiego y plenitud. Tomate tu tiempo.

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