-EL TRASTORNO BIPOLAR: SÍNTOMAS, CÁUSAS Y FACTORES-.
El trastorno bipolar, antes llamado "depresión maníaca", es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Cuando te deprimes, puedes sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades. Cuando tu estado de ánimo cambia a manía o hipomanía, es posible que te sientas eufórico, lleno de energía o irritable.
Estos cambios pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.
Los episodios de cambios en el estado de ánimo pueden ocurrir en raras ocasiones o muchas veces por año. Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, puedes controlar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de los casos, este trastorno se trata con medicamentos y apoyo psicológico.
Síntomas:
Existen distintos tipos de trastorno bipolar y de trastornos relacionados.
Trastorno Bipolar I: Has sufrido al menos un episodio maníaco que puede estar precedido o seguido de un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor. En algunos casos, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis).
Trastorno Bipolar II: Has sufrido, al menos, un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca tuviste un episodio maníaco.
Trastorno Ciclotímico: Has tenido durante al menos dos años-o un año en el caso de niños y adolescentes-muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos ( aunque menos graves que la depresión mayor).
Otros Tipos: Estos comprenden, por ejemplo, el trastorno bipolar y los trastornos relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular.
El trastorno bipolar II no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico diferente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I, pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual puede causar un deterioro importante.
Si bien el trastorno bipolar puede aparecer a cualquier edad, generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años. Los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden cambiar con el paso del tiempo.
Manía e Hipomanía:
Son dos tipos diferentes de episodios, pero tienen los mismos síntomas. La manía es más grave que la hipomanía y causa problemas más notorios en el trabajo, la escuela y las actividades sociales, así como dificultades en las relaciones. Además, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis) y requerir hospitalización.
Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los siguientes síntomas:
- Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión.
- Aumento de actividad, energía o agitación.
- Sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo/a ( euforia).
- Menos necesidad de dormir.
- Locuacidad inusual.
- Frenesí de ideas.
- Distracción.
- Tomar malas decisiones, como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales arriesgadas o hacer inversiones absurdas.
- Tener un pariente consanguíneo con trastorno bipolar.
- Períodos de mucho estrés, como la muerte de un ser querido.
- Abuso de alcohol o de drogas.
- Problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas.
- Suicidio o intentos de suicidio.
- Problemas legales o financieros.
- Relaciones dañadas.
- Desempeño deficiente en el trabajo o en la escuela.
- Trastornos de ansiedad.
- Trastornos de la alimentación.
- Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- Problemas de alcohol y drogas.
- Problemas de salud física, como enfermedades cardíacas, problemas de tiroides, dolores de cabeza u obesidad.
- Presta atención a las señales de advertencia. Tratar los síntomas de forma temprana puede ayudar a que no empeoren más.
- Evita alcohol y drogas. Pueden hacer que los síntomas regresen.
- Toma los medicamentos exactamente como se te indicó. Es posible que te sientas tentado a suspender el tratamiento: no lo hagas. Si dejas de tomar el medicamento o reduces la dosis por tu cuenta, es posible que sufras efectos de abstinencia o que los síntomas empeoren o regresen.
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