-¿POR QUÉ SOY FRÍO/A Y DISTANTE CON LOS DEMÁS?-
Si te consideras una persona fría y distante es posible que los demás tengan una percepción errónea sobre ti, porque normalmente tras esa apariencia fría hay ser humano que tiene miedo a ser herido o que un carácter más introvertido.
Eres más prudente, más cauto, te cuesta confiar, y si alguien te causa mala impresión tiendes a alejarte de esa persona. Todo esto contribuye a que los demás puedan pensar que tienes un corazón de hielo. Lo cierto, es que en muchas ocasiones solemos poner etiquetas a las personas sin realmente conocerlas. Estas personas, no es que no entiendan sus emociones o presenten una baja empatía, sino que bajo esa apariencia hay múltiples mecanismos de defensa y también el miedo a ser heridos.
Las personas que demuestran cierta frialdad en el trato suelen llamar la atención. Tendemos a pensar que son extraños, antipáticos, secos, cortantes...y no entendemos que bajo esa armadura hay un ser humano.
Este tipo de pensamientos no son aislados ni mucho menos, de hecho son muchas las personas que se ven en ese tipo de situaciones. Cada uno de nosotros somos el resultado de nuestra propia genética, el ambiente donde hemos crecido y sobre todo las experiencias vividas.
Nuestros rasgos de personalidad y la forma en que regulamos nuestras emociones también contribuyen a abrirnos más o menos con los demás, aunque esto no significa que no tengamos empatía o que no necesitemos estar cerca de nuestros seres queridos.
Alguna vez todos/as hemos dicho eso de que la distancia me protege de sufrir (apego evitativo). El origen de ello estaría en la infancia. Cuando crecemos con unos progenitores que no siempre están con nosotros, asumimos que nuestras emociones no son tan importantes, lo que hace que tendamos hacia la contención de nuestras emociones y no las expresemos. Por lo tanto la distancia y la frialdad actúan como mecanismo de defensa. Mejor no abrirse en exceso a los demás para no sufrir por ello.
La desconfianza que llevamos dentro es resultado y fruto de las decepciones vividas. Es posible que en mi mochila lleve conmigo el peso de alguna decepción, de una vivencia que me robó el permiso para confiar en las demás personas.
Hay personas a las que les agrada su independencia y una auto-suficiencia que no basa en el bienestar el número de amistades que posee. Son personas que no siguen los convencionalismos de la mayoría. Valoran por encima de todo su capacidad de decisión y actuación, con lo que de cara al punto de vista de los demás su comportamiento siempre es desconcertante y suele entenderse mal.
Hay personas que son así porque prefieren su zona de confort social que es donde se sienten seguros/as. Les cuesta más socializar y abrirse a los demás, de ganarse el afecto de su entorno. Son reservados7as y discretos en sus vidas. Se conforman con los pocos amigos que tienen y no necesitan más. Su manera de relacionarse va a otro ritmo diferente que el resto y necesitan más tiempo para ello.
En muchos caso prefieren no tener más vínculos de los que ya tienen. Para ellos/as son suficientes con su familia, ese mejor amigo/a que tienen y los pocos conocidos, no necesitan de nadie más para ser felices a su manera.
Su manera de relacionarse, bajo esa apariencia de frialdad, es más cauta, prudente, reservada y que sienta controversia por los demás que no entienden esa actitud y también se alejan de esa persona.
Estas son sin dudas las características más significativas de estas personas, que tras esa apariencia fría y sin alma, si que esconden sus emociones, sólo que hay que intentar descubrirlas y no todo el mundo está preparado/a para ello.
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