-CANNABIS: TRASTORNOS MENTALES-.
El cannabis no sólo es la droga ilegal más consumida, sino que también es una de las drogas a las que más mitos rodean sus efectos en mente y cuerpo. La edad de comienzo de esta sustancia está entre los 14 y 15 años. Su consumo habitual provoca cambios estructurales en el tejido cerebral. Produce importantes alteraciones que conducen al deterioro de la memoria, atención, percepción y concentración.
Dichos cambios cerebrales se traducen en un empeoramiento del rendimiento personal, social y laboral, también a nivel emocional y físico. Muchos la consumen porque dicen que les relaja, se evaden, socializan, experimentan o se divierten. Esta sustancia puede ser la puerta de entrada a la psicosis o la ansiedad.
Los efectos psicoactivos comienzan pocos minutos después de haber fumado y duran 1 o 2 horas. Algunos efectos secundarios son la disminución de la memoria a corto plazo, sequedad en la boca, rojez en los ojos, alteración en la percepción, en la capacidad motriz, aumento del apetito. Puede desarrollar adicción, con lo que puede experimentar diferentes estados mentales y físicos.
Los efectos agudos del cannabis son muy variables y dependen de la dosis, de la forma de administración, la personalidad del sujeto, el contexto en el que se consume...
Su consumo tiene dos caras, primero tiene lugar una fase de estimulación, con euforia o bienestar y posteriormente viene la sedación y relajación y somnolencia. Se caracteriza por un deseo intenso de consumir y una perdida de control sobre dicho consumo. Necesita la sustancia para dormir, comienza a sentirse ansiosa si no consume, con cambios en el estado de ánimo o sueño.
Cuando el consumo ha sido intenso o prolongado aparece irritabilidad, rabia o agresividad, nerviosismo o ansiedad, dificultades para dormir, perdida de apetito o peso, intranquilidad, ánimo deprimido, dolor abdominal, espasmos, temblores, sudoración, fiebre, escalofríos...
Es habitual pensar que piensen que esas características descritas no les van a pasar a ellos/as y piensan que les va a sentar bien. Algunas personas son más propensas a a padecer ciertos trastornos mentales debido a sus sistema nervioso y neuronal. Nadie puede asegurarnos como va a ser nuestra reacción ante esta sustancia pero sí que altera nuestro estado mental, emocional y físico.
Es frecuente encontrar defensores de esta planta por sus funciones terapéuticas, como que alivia el dolor y su capacidad relajante. Pero lo que sí es verdad es que su consumo no es deseable.
Los efectos de una intoxicación patológica, o lo que se conoce como malos viajes puede llevar a experimentar síntomas de ansiedad, despersonalización, desrealización, intenso pánico, sensación de muerte, alteraciones motoras, alucinaciones visuales y transitorias...
Algunas de las manifestaciones clínicas asociadas al consumo de cannabis pueden ser las siguientes:
- Ansiedad. Trastorno de pánico.
- Depresión. Intentos de suicidio.
- Trastorno bipolar. Fases maníacas y recaídas.
- Síndrome a-motivacional. Desgana, apatía
- Deterioro cognitivo. Pérdida de capacidades: Reacción, percepción, memoria, atención, concentración...
- Psicosis. Brote psicótico de corta y de larga duración. Esquizofrenia.
- Flashback por cannabis. Revivir experiencias.
- Delirium. Temblores, agitación, miedo, sueño profundo, alucinaciones...
- Efectos sobre el sueño. Altera el patrón sueño- vigilia.
- Efectos sobre la conducta alimentaria. Se favorece el acumulo de grasas.
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