-CÓMO SANAR HERIDAS EMOCIONALES DEL PASADO-.
Sanar y curar heridas emocionales del pasado no es nada fácil, pero aunque no resulte muy alentador volver a experimentar las emociones negativas vividas, resulta importante deshacernos de esas heridas. Se trataría de una decisión valiente para no condicionar tu vida futura.
Las heridas emocionales son heridas del alma que se producen como resultado de la vivencia personal de alguna situación que nos hace sentir un gran malestar, angustia o tristeza. Uno de los factores que provoca esta situación es que no solemos enfrentarnos a ella. Dependerá mucho de los recursos personales y del apoyo social que podamos tener.
Las heridas emocionales producen un gran dolor y sus consecuencias provocan que la persona cierre su corazón, lo que provoca de forma generalizada que ante situaciones similares su potencial real desaparezca y sea controlado por la pequeña sombra que hemos creado, lo que nos lleva a vivir en modo defensa huida ataque.
La mayor parte de las heridas emocionales se forman desde la infancia, debido a que es un periodo de mayor vulnerabilidad ya que los niños se encuentran en un estado de total apertura al mundo y sus malas experiencias quedan al descubierto y grabadas a fuego en su piel.
Las situaciones que dan lugar a esas heridas emocionales son creadas por las personas que se relacionan y conviven con los niños ( padres, familia, educadores...). Otros factores que determinan la creación de la herida emocional y su grado de intensidad son las siguientes:
- La edad del niño. Cuanto más pequeño es, más grave es la herida emocional ya que la vivencia del niño es muy sensitiva y su incapacidad para razonar lo ocurrido le provoca un mayor malestar.
- La gravedad del acontecimiento. A mayor gravedad mayor intensidad de la herida
- La duración en el tiempo del suceso. A mayor duración, mayor será la herida.
- La vivencia post-trauma. En función de como se afronte, la herida permanecerá por más o menos tiempo y por tanto sus secuelas serán mayores o menores.
- Si reaccionamos con miedo, huida, evitación o agresividad o cualquier otra conducta negativa de manera repetida ante ciertas situaciones.
- También detectar que estos mecanismos no nos permiten actuar de una manera alegre, fluida y espontánea tal como lo haríamos en circunstancias diferentes.
- Igualmente los síntomas físicos que nuestro cuerpo produce ante dichas situaciones: angustia, sudoración, temblor...
- Por último, destacar la rumiación mental que se activa ante estas situaciones y que provoca todos los síntomas físicos y psicológicos.
- Realizar ejercicios de autoconocimiento: Prácticas respiratorias, relajación y meditación.
- Tomar conciencia de la vivencia que creó la herida. Recordar cual fue el momento en el que dichas heridas fueron creadas.
- Entender las conductas que se deben a la herida. Esto supone la mejor defensa para no revivir la dolorosa situación que causó la herida. En el proceso de sanación es importante entender que el peligro externo ya no existe.
- Rechazar esas conductas defensivas. Habría dos partes, por un lado su ser auténtico y esencial y por otro la parte creada a partir del dolor vivido. El lamento por todo el dolor creado a sí mismo y a su alrededor por haber mantenido activo dicho mecanismo.
- Implementar conductas alternativas. Hacer todo lo contrario a lo indicado.
- Practicar a la autoaceptación. Abrirse al mundo, confiar en él y entregar todo su potencial.
- Practicar el autocuidado. Indagar en sus mayores intenciones y motivaciones y realizar un plan de acción con un buen proyecto.
- Perdonar y pedir perdón. Practicar el perdón sincero con respecto a las personas que provocaron esas heridas por el dolor causado.
- Pedir ayuda y ayudar. Pedir ayuda y a la vez ofrecer tu ayuda a otras personas, lo que permitirá ver la belleza que habita dentro de cada persona.
Comentarios
Publicar un comentario