-MISOKINESIA-: ODIO AL MOVIMIENTO.

 

La miso-kinesia afecta a una de cada tres personas y se relaciona con la misofonía, es decir, la molestia al escuchar determinados sonidos. ¿ Te molesta ver a alguien mover de forma repetitiva las manos, los pies, las piernas? Hasta hace poco era una realidad totalmente desconocida, pero padecida por muchas personas y que ahora ya podemos entender un poco mejor.

La sufren muchas personas en sus entornos laborales cuando tienen compañeros nerviosos, con tics corporales inconscientes que no pueden controlar.

Definición, síntomas y causas...

Es una afección psicológica que cursa con malestar, fobia e incomodidad al ver y escuchar a alguien que no deja de moverse. Nos referimos a situaciones como estar sentado junto a alguien que no para de hacer sonidos con los dedos, con un boli, balancearse en una silla...Es un odio al movimiento.

Este fenómeno puede afectar acerca del 33% de la población. Es una cifra muy elevada. Se manifiesta de la siguiente manera:

• Incomodidad, irritabilidad, e incluso sensación de enfado cuando alguien realiza movimientos corporales repetitivos. 
• Ver a alguien que abre y cierra un bolígrafo, que aprieta con la mano la clásica pelota antiestrés o que hace crujir los dedos. Esa sensación se puede volver insoportable, hasta el punto de tener que alejarse.
• Hay personas que se sienten incapaces de trabajar junto a ese compañero/a  de trabajo que mueve mucho las piernas cuando está sentado.

Este odio al movimiento afecta a cada persona de un modo diferente. Hay grados. Abundan los que sólo sienten incomodidad y ansiedad. Pero también hay quien se siente incapaz de ir a trabajar o de quedar con gente que sabe que es muy nerviosa. 

Cuando hay alguien cerca que ejecuta este tipo de movimientos,  la persona que odia este tipo de movimientos no puede centrarse ni pensar en otra cosa.

En la actualidad no se conocen con exactitud las causas, pero se ha descubierto que la fobia a los sonidos como el hecho de escuchar a otros masticar o incluso respirar, tiene un origen cerebral, en la cual se aprecia una hiperactividad en la corteza insular anterior.

Esta área lo que hace es evitar emociones fuertes como la ira o el miedo. También eleva la sensación de estrés, la sudoración y la frecuencia cardiaca. 

El simple hecho de ver a alguien con un tic nervioso nos activan a nosotros también y quedamos contagiados por esa inquietud .

Pero como podíamos hacerle frente:

Como hemos dicho, afecta a cada persona de una manera distinta. En los caso más extremos, en los que se experimenta un gran bloqueo y una gran ansiedad, es recomendable solicitar ayuda experta.

Las técnicas de relajación y respiración profunda, pueden ayudarnos. O también pedir a esa persona que deje de llevar a cabo esa conducta, pero no siempre es posible.